domingo, 3 de octubre de 2010

RUINAS DEL CASTILLO DE MESÍA


En lo mas profundo del bosque coruñés, mas concretamente en el Lugar de la Pobra, en la parroquia de San Cristovo de Mesía(Municipio coruñés de Mesía), se encuentran las ruinas de un antiguo e imponente castillo llamado Castelo de Mesía.
Hoy en día apenas quedan en pie algunas paredes y torres que con el paso del tiempo han sido completamente engullidas por la maleza salvaje que en aquel lugar crece a sus anchas.
Está situado a medio camino entre las ciudades de La Coruña y Santiago de Compostela, dentro de la ruta del Camino Inglés del Camino de Santiago, en la ribera izquierda del, río Samo, afluente del Tambre.

Me costó trabajo dar con él, lo reconozco, ya que para llegar hasta allí hay que pasar varias pequeñas aldeas y cruzar un buen número de pistas rurales que me confundieron enormemente.
Finalmente y como de costumbre tras pedir ayuda a los lugareños, pude llegar hasta el Castillo, no sin ciertas dudas hasta estar al pie del mismo.
Os aseguro que aún estando delante de las ruinas, no las veía!!
Dejé el coche en un punto por el que es imposible avanzar mas que a pie.
Tras recorrer tan solo una decena de metros, giré hacia la derecha entre unos zarzales y seguía sin ver nada.
Resulta que estaba ya pisando los muros exteriores del castillo, los cuales están completamente tapados por la abundante vegetación.
Eché la vista a lo alto y efectivamente, la vieja fortaleza estaba delante de mis narices y yo no me había dado ni cuenta.


Tras rodear aquella, en principio, montaña, me doy cuenta que por el lado contrario al que estaba si que se aprecian varios elementos propios de este tipo de edificaciones. Una enorme pared se deja ver por la parte interior de la zona y un par de torres cubiertas por la maleza insinúan sus formas al avanzar.
El castillo estaba rodeado por un enorme foso el cual hoy en día es una auténtica selva llena de helechos, arbustos, zarzas y todo tipo de maleza. Intenté rodearlo por este foso del que os hablo pero tras avanzar unos 15-20 metros tuve que dejarlo por imposible ya que la vegetación me estaba engullendo literalmente.

En los videos que mas abajo os dejo lo podréis comprobar.
Tras desistir en mi empeño de seguir por el foso, me encaramé en la parte exterior del castillo y ya desde ese punto pude rodearlo por completo.
Era tanta la vegetación que allí había, que no veía ni un solo hueco por donde trepar hacia el interior del castillo. Tras intentarlo durante un buen rato, casi me doy por vencido ya que no veía la manera de penetrar en aquella enorme montaña de piedra y maleza.
Ya casi iba de retirada, cuando me doy cuenta que tras bajar por un pequeño sendero en la parte sur del Castillo, me parece ver un pequeño hueco entre unas piedras amontonadas unas con otras a la vera del camino. Me acerco y tras saltarlas, veo que un estrechísimo sendero completamente tomado por la naturaleza, se abre tímido paso hacia las alturas. Me dispongo a seguirlo sin tener muy claro a donde iría a parar, hasta que me doy cuenta que tras subir por él unos 20 metros, estoy realmente cerca de una de las torres del castillo.

Ya veo a lo lejos que el estrecho sendero desemboca en una pequeña abertura que me conduce de lleno al interior de la fortificación.
Paso allí dentro y me quedo sorprendido por la enorme selva que brota en toda la parte interior del castillo. Enormes arbustos y ramas de todo tipo, ascienden desde las partes mas bajas del patio hasta casi la altura de las torres superiores.
A mi derecha, la parte mejor conservada del castillo deja ver un enorme muro con un par de ventanucos desde los que se divisa el valle.

Sigo por esta parte mejor conservada y consigo encaramarme en la parte más alta de lo que queda en pie.
Desde allí arriba tengo una vista espectacular tanto del propio castillo como de todos los alrededores. En el segundo video que os publico abajo veréis de inicio que me encuentro en pleno muro con toda la caída hacia el valle a mis pies.
Como también veréis en el video, de allí vuelvo a bajar pegado a esa pared que apenas se mantiene en pie y vuelvo por su borde hasta la zona que da acceso a la salida hacia el valle de nuevo.

Antes de irme, y como suelo hacer en todos estos lugares, hago algunas pruebas de grabación de audio con el fin de conseguir algún registro parafónico, y aunque no hubo demasiadas inclusiones si que se produjeron estas 4 parafonías que os he extraído en este pequeño video que aquí os dejo. Se trata de sonidos totalmente originales, sin filtración ni tratamiento alguno, solamente recortados del archivo de audio original.
Aunque no son muy altas, al menos dos de ellas son realmente claras y sorprendentes dado que allí no había absolutamente nadie y que el las ruinas están metidas en lo mas frondoso de un bosque absolutamente denso y apartado.
(Recordad que para la perfecta escucha de audios y videos en este blog, deberéis desactivar la música de fondo en el reproductor que encontraréis en la parte mas baja del mismo)



Os voy a dar ahora algunos datos históricos acerca de este precioso lugar y también os hablaré de la leyenda que lleva asociada y que es conocida por vecinos de la zona y amantes de este tipo de historias.

Probablemente los orígenes de esta fortificación se remontan al siglo XIII. Sin embargo, las primeras noticias documentales que se conservan datan del siglo XV, mas concretamente del año 1.401.
En dichos documentos se afirma que fue construida por Gonçalvo Días de Mesía, noble perteneciente a los partidarios trastamaristas en la guerra civil que enfrentó a Pedro I, apellidado el cruel y al vencedor , Henrique de Trastamara, quien después de su victoria benefició con múltiples propiedades y favores para sus aliados, entre ellos, podría figurar dicho castillo y tierras de Mesía en favor de Gonçalvo Días.
De Gonçalvo pasó a su hijo García Díaz, y de este a su hija Constança. Cuando esta falleció, su marido, Álvaro de Castro, intentó tomar posesión de la Casa y jurisdicción, hecho que impidió el primo de García Díaz, Aires Pardo de las Marinas, sitiando el castillo y tomándolo por la fuerza.

Ya el siglo XV, en 1430 se produce el matrimonio entre la hija de Aires Pardo, Dueña Berenguela y Alonso de Mendoza, sobrino del arzobispo compostelano, y esta recibe como dote ,el señorío de Mesía. Tiempo después heredó el señorío el hijo de estos, Lope Pérez de Mendoza, al que Rodrigo de Luna intentó disputar la propiedad en un escrito del 29 de Marzo de 1457.
Muerto Lope en 1462 hereda sus posesiones su tío Gómez Pérez de Marinas, que no pudo evitar que en 1467 sea tomado y posteriormente derrumbado casi completamente por los irmandiños levantados en armas durante la revuelta irmandiña.

Una vez sofocada la revuelta, el arzobispo de Santiago Alonso II de Fonseca, toma posesión de la jurisdicción y ordena la reconstrucción del castillo. Permanecerá en mano del señorío de Santiago hasta la Batalla de Altamira, con cuya derrota los señores feudales recuperaron las posesiones que les fueron usurpadas por Fonseca.
Después de tres meses de resistencia volvió a la manos de Gómez Pérez.
De Gómez Pérez de las Mariñas pasó a su hija Dueña Ginebra, y de esta su hija Catalina, a la que de nuevo se la usurpa Alonso II de Fonseca, haciéndose parte del patrimonio del arzobispado desde 1523.
Dueña Ginebra contrajo matrimonio con el noble castellano Luis Azevedo, lo que implicó su marcha a Salamanca. Aprovecharon entonces su ausencia los nobles del contorno, que ocuparon el castillo, por el cual se quejaron a la reina Isabel la Católica, que atendió sus demandas en Valladolid en 1476, ordenando a la justicia gallega que impidieran la edificación de otras fortificaciones en la jurisdicción de Mesía.
La torre se mantuvo en pie hasta mediados del siglo XIX, en que fue derrumbada por los vecinos para reaprovechar sus piedras en construcciones en la zona.
Las ruinas fueron declaradas Bien de Interés Cultural en 1.994

Os cuento ahora la leyenda que este lugar guarda.

Cuenta la leyenda que la dueña del castillo mantenía una relación amorosa con un trovador de la zona que a su vez tenía un lío de faldas con una doncella de su séquito.
Despechada ésta, mandó llamar a uno de los mejores guerreros de la zona que carecía de todo tipo de escrúpulos. La señora le encargó que le trajera la cabeza de aquella doncella que cortejaba con su amado y así liberarse de tal situación de celos y desengaños.
El encargo fue llevado a cabo sin rechistar por aquel hombre quien unas horas mas tarde apareció delante de su señora con un saco ensangrentado. Tras abrir dicho saco y volcarlo a los pies de la señora, ésta, enmudeció y palideció al mismo tiempo al comprobar aterrorizada que la cabeza que yacía a sus pies era la de su propia hija. Trastornada e ida completamente se retiró y nunca se supo que fue de su paradero.
A esta antigua y conocida leyenda se le da el nombre de “La leyenda de la Infanzona”

Ya para terminar este pequeño reportaje, os dejo como os había comentado anteriormente dos videos realizados en el lugar, en los que podréis dar conmigo una vuelta por el exterior e interior de lo que queda en pie de aquella bonita y enigmática fortificación.

VIDEO 1. Interior del Castillo.

VIDEO 2.Paseo por el foso exterior del Castillo.

Aunque esté en un estado tan lamentable, os recomiendo la visita al lugar ya que los pocos elementos que quedan en pie y su fantástico y salvaje entorno así lo merecen.

Sin más me despido agradeciendo vuestra atención.
Un cordial saludo de vuestro amigo Eugenio, alias Karkallón.


Fotos,videos y edición. Eugenio Karkallón
Análisis de audio. Jordi Bosch
Fuente consultada para datos históricos. Wikilingue

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